LECTURA BIBLICA:
La palabra "iniquidad" se define como la desviación de lo justo y recto. La palabra griega para "iniquidad" es (anomia); traducida como "anarquía." en la versión Nueva Biblia Latinoamericana. Analizaremos brevemente algunos términos para diferenciar uno de otro y no confundirnos.
Anarquía: se define como la condición de estar sin o en oposición a la ley. Por lo tanto, la anarquía conlleva al puesto de uno que está en oposición al Creador o Autor de la Ley. Un acto de rebelión pública y de renuncia al único a quién uno le debe lealtad. (Romanos 2:14) "Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos..."
Sedición: es una conducta o discurso, el cual está en oposición a la autoridad legítima, pero carece de un acto público que contituya traición o rebelión.
Rebelión: es una resistencia pública, armada y organizada hacia la autoridad. Una revuelta organizada de asusntos par derribar a su gobernante legítimo. Satanás actuó en rebelión pública contra el único a quien le debía lealtad. Satanás lideró una revuelta de ángeles quienes buscaron usurpar a su gobernante legítimo, Jehová. "¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?" (Salmos 14:4)
Este misterio se desarrolla o tiene sus orígenes en el huerto del Edén. La palabra (Hayots) tiene su comienzo en Génesis 3:1; cuando se describe a Satanás como un animal (hayots) más astuto que todos, y nuevamente se menciona la palabra (hayots) en el libro de Ezequiel 1:5, cuando el profeta está describiendo la figura de los querubines "los cuatro seres vivientes", que en hebreo el término "hayots" aparece traducida como "bestia."
Curiosamente en el libro de Ezequiel 28:13-18, se nos relata que hubo un querubín "protector" que se reveló en el huerto del Edén; cuando se enalteció su corazón y corrompió su sabiduría con la multitud de sus maldades y con la iniquidad de sus engaños (astucia) profanando de esta manera su santuario (su morada santa o pureza); por lo cual, Dios lo arrojó por tierra. Esta referencia en un paralelismo de Génesis 3:1, 14. En otras palabras quiere expresar que se le quitó sus privilegios de proteger a la humanidad. "Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien." (Salmos 36:2-3)
El que logró que el hombre (humanidad) perdiera su autoridad sobre la creación al creer y dialogar con la serpiente antigua, que es el diablo o Satanás; quién mediante sus artimañas engañosas, logró recibir el dominio de este mundo de manos de Adán. El misterio de la iniquidad implica la autoridad legal de Satanás a recibir la tierra y ser por el momento, el príncipe de este mundo.
La única forma para vencer sobre la iniquidad es la obediencia a Dios. Lucas 4:5-7 se nos dice que Jesús no disputó la declaración de Satanás acerca de que este mundo fue entregado para hacer su autoridad. Jesús ni siquiera desafió su jurisdección, pero rechazó rotundamente la oferta de Satanás en base a servirle, eligiendo obediencia a Dios y someterse únicamente a la voluntad de Dios. Por lo cual, Dios lo exahalto y le glorificó porque realizó el plan de salvación, de la manera que nuestro Padre había estípulado desde un principio; vertiendo su sangre como expiación para el pecado de una humanidad; condenada por sus propios delitos y pecados. Efesios 2:1 "Y él (Jesucristo) os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados." Jesucristo es esa luz que vino a salvarnos del pecado.
Las consecuencias de la iniquidad fueron muchas pero entre las tantas se destacan dos:
La iniquidad llama tonto al que ande en la verdad.
La iniquidad produce ceguera espíritual.
Una de las consecuencias más terribles que nos lleva a caer y entrar en este misterio de la iniquidad es la ceguera que se produce en el ser humano. Cuando confiamos más en las palabras de los hombres, que en lo dicho en las Escrituras; dejándo al ser humano apartado de la Verdad de Dios. (Mateo 24:8-12) y sometido a las artimañas del engañor que tergiversa a su conveniencia y propósitos, la Palabra de Dios. Por consiguiente, la Biblia nos exhorta con tiempo. "No me arrebates juntamente con los malos, Y con los que hacen iniquidad, Los cuales hablan paz con sus prójimos, Pero la maldad está en su corazón." (Salmos 28:3)
"Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí." (Salmos 119:133)