¿Sabías que, cuando lloras a tus muertos, lloras por ti y no por ellos?

Lloras porque “lo perdiste”, porque no los tienes a tu lado. Piensas que todo concluye con la muerte y crees que ellos nunca mas estarán. Entonces, si tus muertos ya no están, ¿Dónde están? “Pues, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.” La Biblia enseña que los muertos “no tienen memoria de nada en absoluto”, es decir, ni están vivos en algún lugar ni se dan cuenta de nada. El relato sobre Lázaro lo confirma. Cuando él volvió a la vida, ¿Emocionó a la gente contándole cómo era el cielo? ¿La asustó con horribles historias sobre un infierno ardiente? No. La Biblia no dice nada de eso. En los cuatro días que estuvo muerto, Lázaro no había tenido “conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Sencillamente, había estado durmiendo en la muerte (Juan 11:11).

“Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto.”

“Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.” (Lucas 23:46)

“Y Dios que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.” (1 Corintios 6:14)

¿Qué tal si empezamos a ver la “muerte” como una segunda vida?

Un resucitar por el que TODOS pasaremos tarde o temprano, porque es ley de vida. No te mueras con tus muertos, hazles honor a ellos, viviendo tu vida como hubieran deseado que lo hicieras, deja su legado; y tu sigue viviendo.

Nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo como hombre y también murió. Sin embargo, el venció la muerte y gracias a Él y Su sacrificio de amor, también nosotros si andamos en Sus caminos.

“Pero el hombre muere y yace inerte. El hombre expira, ¿y dónde está? {Como} las aguas se evaporan del mar, como un río se agota y se seca, así el hombre yace y no se levanta; hasta que los cielos ya no existan no se despertará ni se levantará de su sueño.”- (Job 14:10-12)

Para los hombres es imposible aclaró Jesús, mirándolos fijamente, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible. (Marcos 10:27)