Es curioso ver muchas personas hacer planes sofisticados para su corta vida; misma, que el Señor nos ha otorgado. Pero se olvidan de hacer planes para la eternidad. Sin embargo, hacer planes para la eternidad, no es más que, aceptar el plan de salvación de Dios.
La salvación representa la obra de Dios para rescatar al hombre de la ruina y de la muerte eterna, causadas por el pecado. Buscar la salvación significa entender las causas por las cuales estamos perdidos.
Estar “perdido” significa estar separado, alejado, del camino de Dios, por causa del pecado. La salvación lleva a la vida eterna, es obra de Dios. Él busca la humanidad perdida. Al recibir la salvación estamos aceptando Su regalo de vida eterna.
Por lo tanto, para obtener la salvación, debemos ejercer fe en Jesús y demostrarla obedeciendo Sus mandatos (Hechos 4:10, 12; Romanos 10:9, 10; Hebreos 5:9).
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10)
Se narra el relato de las buenas nuevas de Jesucristo. Se declara que la salvación depende de creer en Jesucristo y de tener fe en Él. (Gálatas 2:16; Efesios 2:8-9 y Hebreos 11:1) Sin embargo, la salvación es hecha posible; solo a través de Jesucristo el Hijo de Dios; cuando lo aceptamos como nuestro Salvador.
“Mas a cuantos le recibieron, a los que creen en su nombre les dio el derecho de ser llamados hijos de Dios.” (Juan 1:12) …” Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
Es necesario que le expresemos a Dios nuestra fidelidad en Jesús como Su Hijo y como él que nos redime de nuestros pecados.
Cuando nos damos cuenta de que Dios ha llevado a efecto nuestra salvación al ofrecer a Su amado Hijo; sentimos pesar, por causa de nuestro pecado. Este pesar nos lleva a confesar nuestras faltas a Dios con la seguridad de que Él nos perdonará y nos purificará, pero como dice el apóstol Juan: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)
El apóstol Pablo, quien hizo un llamado al arrepentimiento dijo: “Sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.” (Hechos 26:20) El apóstol Pablo está diciendo que el arrepentimiento debe producir un cambio en nosotros. Debemos ser obedientes a la Palabra de Dios y nuestras obras deben demostrar que hemos dejado nuestros caminos pecaminosos para obedecer y servir a Dios.
Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volverse a Dios y ser bautizados en el nombre de Jesús. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38)
Jesús ordeno que sus seguidores creyentes fueran bautizados, justo antes de Su ascensión al cielo. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19-20)
La Palabra de Dios en la Biblia describe el acto del bautismo como una completa inmersión dentro del agua simbolizando así la purificación del creyente en la muerte y resurrección de Cristo. Pablo nos dice: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:3-4)
Si usted ha tomado el tiempo preparándose para una larga y placentera vida … ¿Por qué no toma el tiempo y da los pasos necesarios para recibir el regalo de Vida Eterna que Dios le da? A través de la fe en Cristo, el arrepentimiento y el bautismo.
Usted puede responder al ofrecimiento de Dios de esa forma podrá obtener esa nueva vida y vivirla para él.
“Buscad a Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” -- (Isaías 55:6)
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” AMEN -- (Apocalipsis 3:20)